Resumen
La evaluación del aprendizaje se centra en los procesos de
valoración del conocimiento adquirido por una persona o por una
organización. En su análisis, a parte del mismo concepto de
evaluación, es posible hacer referencia a otros tópicos cercanos,
tales como el de aprendizaje, el de componentes de aprendizaje y el
de niveles de aprendizaje.
En el sentido señalado, los niveles de aprendizaje y sus
componentes son dos dimensiones a tener en cuenta parar analizar el
proceso de aprendizaje en general. Su relación puede usarse también
para diferenciar qué es aprendizaje y qué es competencia, si bien,
esto dependerá en gran medida de la propia definición de
competencia.
En la evaluación de los aprendizajes existe un supuesto básico
que consiste en asumir que la evaluación se basa en la estimación
del nivel de conocimiento (en general, incluyendo destrezas, ideas,
etc.) a través de un proceso de inducción sobre las observaciones
que se realizan en tareas concretas.
En este sentido, los instrumentos y técnicas de evaluación
tratan de recoger evidencias suficientes como para poder estimar el
nivel de conocimiento y los contenidos de dicho conocimiento.
En la actualidad, estas técnicas e instrumentos se usan tanto en
soporte clásico (papel, observación directa, grabaciones, etc.)
como digital. El soporte digital, además, favorece una evaluación
mediada y en la distancia. Esto ha ocasionado dos efectos, por un
lado tener que reformular la utilización de algunos instrumentos
(exámenes de desarrollo, test, cuestionarios, etc.) y por otro el
favorecer desarrollos de nuevas perspectivas en los procesos de
valoración, principalmente en aquellos que implican autoevaluación
y evaluación entre pares.
Por último, se hace hincapié en que la evaluación no es
calificar. La calificación es resultado de un proceso de medición,
donde se intenta resumir escalarmente gran parte del proceso de
evaluación. Sin embargo, este resumen se produce a costa de perder
información.