En los medios de comunicación se ven, de vez en cuando, noticias sobre sanitarios que se declaran objetores morales contra el aborto. Este tema tiene detrás un debate público de proabortista contra proobjetores, de indudable implicaciones sociales. Solamente hay que mirar google para ver algo de ese enfrentamiento, a veces pacífico y a veces no tan pacífico: GOOGLE.
Sin entrar en profundidad, creemos que gran parte de este debate se debe a dos formas de entender el problema, y no tanto a que unos sean "católicos" y los otros sean "prograsistas".
Así, las personas proabortistas piensan que a una mujer embarazada, por lo menos en los primeros meses, lo que le ocurre es que le "crece" una parte de su propio cuerpo. Es decir, están convencidos de que el embrión es una extensión de su propio ser biológico, y por tanto tienen un sentimiento de apropiación, de pertenencia de ese crecimiento anómalo. En este sentido, la mujer tiene derecho a quitarse ese crecimiento si quiere. Sería como si se quitase una muela, una verruga o se cortase un dedo (por cierto, cosa ilegal en muchos estados).
Por otra parte están las persona que piensan que eso no es un apéndice de la mujer, sino un ser vivo independiente. Por tanto, cuando ese ser vivo es expulsado por la fuerza, se está cometiendo un asesinato (en cuanto que a ese embrión le otorgan entidad de ser humano).
La solución estaría en demostrar si ese grupo de células realmente es persona desde el inicio o por el contrario solamente lo es a partir de un momento del embarazo.
Ya que esto aún no se ha conseguido, ni se conseguirá a corto plazo, y ante la duda o el convecimiento personal, desde aquí nos manifestamos a favor de la vida, sin que por ello, se culpabilice a nadie por sus ideas.
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