En los últimos años hemos asistido a la comercialización de la edición de libros por parte de las editoriales, tanto grandes como pequeñas. Mientras que otros tiempos era un mérito personal que una editorial publicase tu libro, por el respaldo de calidad literaria, interés público y utilidad social que eso implicaba, actualmente basta con contactar con el departamento comercial de la editorial y solictarle un precio para que editen el libro.
Esta situación ha hecho que, por un lado cualquier persona pueda publicar un libro, siempre que tenga posibilidades económicas para pagar los gastos de edición. Por otro lado, que la calidad del escrito pase a un segundo plano. En resumen, encontrar un libro en el catálogo de una editorial no garantiza que su calidad.
Por tal motivo, y puesto que esto es un movimento natural, resultado de la evolución del mercado editorial, y también resultado del efecto de las nuevas tecnologías, se hace necesario recurrir a alguna entidad que certifique la calidad de los escritos.
Desde este post se propone la creación de entidades especializadas, públicas o privadas, donde un autor pueda recurrir para conseguir un sello o un certificado de calidad de su obra, y de esta forma pueda diferenciar su libro de otros que no acrediten la calidad.
Esto sucede en otras cuestiones, donde entidades como Aenor, Aneca, etc., acreditan méritos de empresas y personas.
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